Una magia que prevalece: la influencia del celta en el castellano
Hace tiempo, en unos mitos ya muy contados y un pueblo esparcido por tierras antiguas en una Edad de Hierro, nace la cultura celta; pueblos originarios de la Europa central que, con el paso del tiempo, impregnaron más de la mitad del continente y con ello su lengua se irguió como una de las grandes antecesoras de las lenguas romances ¿pero hasta qué punto el celta ha influenciado al castellano actual?
"Los celtas tienen fama de un pueblo mítico perdido en el tiempo y quizás en más de un sentido lo sean, pero el español junto con las demás lenguas romances extienden su legado más allá del imaginario popular por medio del lenguaje".
Una camino sin aparente salida
Poco se sabe acerca de ellos y más aún de su lengua, pues los datos con los que contamos en su mayoría son de segunda mano; es decir, transcripciones o estudios escritos por los romanos y sus sucesores, ya que los celtas eran más bien una cultura oral.
Sin embargo, gracias a los objetos arqueológicos que se han descubierto como monedas o bronces con inscripciones, se ha podido dilucidar un poco de esta cultura y su lenguaje. Uno de los objetos más importantes para comprender el celta ibérico en nociones morfológicas ha sido el bronce de Luzaga encontrado en Zaragoza, España, el cual aún no se ha logrado traducir, pero ayuda a saber que los celtas que poblaron la península escribían tanto en alfabeto latino como en íbero.
La expansión
Por otro lado, la expansión celta en la península ibérica se remonta al siglo X a.C. Los pueblos llegaron a través de Europa oriental y el sur de Rusia; sin embargo, fueron desplazados por los íberos al norte de la península, pero con el paso del tiempo, estos y los celtas se combinaron creando la cultura celtíbera, naciendo de esta manera el celta hispánico[1].
Esta extensión abarca toda la zona de la Galia, lo que actualmente es Francia y el norte de España, principalmente Soria, Burgos, Logroño, Guadalajara, Zaragoza y el sur de Navarra.
Para comprender las influencias del celta en el castellano, en primer lugar, se ha de tener en cuenta que hubieron muchos tipos de celta, ya que al ser una lengua indoeuropea y franca, es decir utilizada para el comercio, es imposible que no hubieran variaciones lingüísticas dependiendo de la zona, y, dada la extensión territorial que ocupó, es normal no tener un consenso claro de su impacto en la lenguas futuras.
Por otro lado, cuando los romanos conquistan la península, esta se divide en dos: la Hispania Citerior que es la región oriental, y la Hispania Ulterior la región suroccidental; la cual es la más renuente en aceptar la influencia latina, ya que su romantización tarda un poco más, haciendo que lenguas como el gallego o el portugués tuvieran más reminiscencias de los sustratos prerromanos.
Una muerte que impacta
En cualquier caso, los rasgos principales del celta-hispánico es su modalidad propia, pues, como ya se mencionó, eran capaces de escribir en alfabeto latino e íbero. Además, su escritura era de izquierda a derecha y contaban con doce letras las cuales representaban sonidos y otras quince que eran sílabas. Sin embargo, con la llegada del latín el celta desaparece, pero la muerte de una lengua no se da de la noche a la mañana, pues el celta dotó al latín de varias palabras que, por medio de este, llegarían al español. Este fenómeno es conocido como sustrato, es decir, el celta no impacta per se en el castellano, sino que, a través de un intermediario, en este caso el latín, ciertas huellas lingüísticas de un idioma, en este caso el celta, llegan a influir en otra, el castellano.
Estas influencias se pueden dividir en fonéticas, morfológicas, sintácticas y léxicas. Se atribuyen al sustrato celta en español:
a) Fonética:
la metafonía[2] en vocales: feci > hice, veni > vine
La sonorización de las consonantes sordas latinas /p t k/ a /b d g/
La conservación del sonido Q/K en vez del sonido /P/
Ejemplos: Por un lado en el galo (PemPe) y en galés (PimP); mientras que en el antiguo irlandés (CóiC), latín (QuinQue) --> español (CinCo)
La transformación de /-kt/ en /ch/ lat. nocte > noche
b) Morfología:
La formación de los plurales con -os cuando en el singular es -o
El Sufijo -iego < -aecu < aiko con la idea de “perteneciente o relativo a”. Por ejemplo: veraniego o mujeriego
Los sufijos topónimos -briga y -dunum como en Navardún y Verdú
c) Sintácticas:
La noción para diferenciar entre los verbos copulativos “ser” y “estar”
Indoeuropeo “es-” > est (latín) > es (españo)
> iss (galés antiguo) > is, iss (Goidélico)
En cuanto a las nociones léxicas, es decir el vocabulario, se retomarán en la segunda parte de esta publicación. Sin embargo, y como conclusión preliminar, es importante que, como hablantes del español, sepamos que en nuestras raíces lingüísticas fluyen más lenguas de las que comúnmente creemos, y que, a través de nosotros, los descendientes de estas, una cultura con su magia puede prevalecer hasta el final de los tiempos.
[1] Para unos filólogos el término puede estar mal usado dado que el celtíbero sólo fue una de varias lenguas celta-hispánicas. Sin embargo, en este texto lo usaré como símil para facilitar la lectura.
[2] Cambio fonético producido por asimilación de un sonido vecino o parecido
Referencias:
Alatorre, A. (2002) Los 1001 años de la lengua española. México: Fondo de Cultura económica
Lapesa, R. (1995). Historia de la lengua española. Madrid: Gredos.
Lara, L. (2014) Historia mínima de la lengua española. México: COLMEX
Lara, L. (2016) Herencia léxica del español de México. México: El colegio nacional
Lüdtke, J. y Schmitt (2004) Historia del léxico español. Enfoques y aplicaciones. Madrid: Lingüística Iberoamericana
Meneses. L. (2017) Etimologías grecolatinas. Veracruz: Marya Editorial
Obediente E. (2000) Biografía de una lengua. Costa Rica: LUR
Sainero, R. (1998) La huella celta en España e Irlanda. Madrid: Biblioteca del Ensayo
Sánchez, R. (2009) Lengua y literaturas celtas: origen y evolución. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia
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